¿Cómo se fusiona o se disuelve una empresa? El papel de la empresa de consultoría
La fusión de sociedades o capitales es una fórmula habitual para el desarrollo empresarial. Supone la integración de al menos dos empresas que dará lugar a una tercera. En teoría la relación entre ambas debe ser equilibrada y equitativa, pero en la práctica suele darse un papel de preponderancia de una sobre otra, aunque sea de manera sutil. Distinto será el equilibrio impuesto en el caso de una adquisición, ya que se trata de una empresa que adquiere total o parcialmente otra compañía, y el resultado dependerá del convenio firmado entre los involucrados.
Se trata, habitualmente, de operaciones complejas que deben estudiarse de manera minuciosa y debe estar gestionada por profesionales que conozcan bien los entresijos, leyes y procedimientos. De ahí la importancia de contar con una consultora experimentada.
Modelos de fusión
Existen diferentes tipos de fusiones que darán como resultado un modelo u otro de empresa. Si están pensando en esta fórmula para crecer empresarialmente, aquí les explicamos qué opciones tienen:
Cuando al menos dos entidades semejantes se disuelven y se suman para formar una nueva, hablamos de una fusión pura. Las involucradas aportan su capital y sus recursos.
Otro modelo es la absorción. En este caso, una empresa es atraída por otra o por un conglomerado de empresas. La empresa absorbida cambia su personalidad jurídica, no así la organización que la absorbe. También puede darse que una de las empresas que se fusionan lo hace de manera parcial, es decir, aportando parte de su capital, pero sin dejar de existir de manera independiente.
Otra fórmula de desarrollo empresarial similar son las alianzas. Ninguna de las empresas involucradas pierde su identidad y su objetivo es la cooperación y el crecimiento común.
Detrás de una fusión suelen estar estos motivos: crecer empresarialmente, en beneficios y recursos, acceder a nuevos mercados, la diversificación, un mayor liderazgo, nuevas líneas de negocio y sinergias o acortar plazos en desarrollo de negocios.
Disolución de una empresa
A la hora de disolver una empresa se debe tener en cuenta que hay que seguir una serie de pasos imprescindibles para la correcta ejecución de esta operación. Optaremos por esta fórmula si lo que buscamos es cesar la actividad de manera definitiva. Con el cierre del negocio se extinguen también sus obligaciones.
Inicialmente se abre el periodo de liquidación de la empresa para suspender su actividad y el administrador de la misma deja de ser el representante, se nombrará a un liquidador. Este debe velar por el patrimonio y su correcto reparto, cobrar los créditos, pagar las deudas, analizar la contabilidad e informar a los involucrados.
Uno de los motivos más evidentes sería la inviabilidad de la empresa. En este caso, es determinante ser lo más diligente posible porque liquidar una compañía cuesta dinero y cuanto más tiempo pasa más cuesta.
El papel de la consultora
La actual dinámica comercial y financiera de la realidad empresarial es muy compleja, y más para este tipo de operaciones. Por este motivo, se deben desarrollar soluciones ideadas por expertos en gestión empresarial, derecho societario y gobierno corporativo.
Estos profesionales deben guiar y organizar el diseño y ejecución de estas fórmulas, así como la resolución de aquellas dificultades y conflictos que plantea el gobierno de sociedades. De esta manera, se podrán anticipar los riesgos, consiguiendo que estos sean mitigados o eliminados en la mayoría de los casos.
Oficina EUDITA La Rioja-Navarra
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