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El crowdlending como inversión y como búsqueda de financiación: claves y riesgos

El Crowdlending es un préstamo entre particulares (personas o empresas) con capital privado. Este tipo de financiación de proyectos, personas o empresas por parte de inversores es una de las tendencias más punteras de los últimos años. Además, este modelo permite que el receptor obtenga fondos sin tener que recurrir al banco. Eso sí, es importante saber que para poder acceder al crowdlending hay que ser solventes.

La persona recibe dinero pero no es a fondo perdido sino que deberá devolverlo como si de un préstamo bancario se tratase. Se considera una forma muy atractiva a la hora de conseguir una inversión monetaria ya que evita los trámites bancarios y además los intereses pueden ser muy reducidos.

¿Cómo funciona este tipo de financiación y qué riesgos tiene?

Al igual que en el crowdfunding (financiación colectiva de proyectos), se realiza de forma online y a través de plataformas especializadas. Además, una de las ventajas es el poder eliminar los intermediarios, en este caso los bancos, y todos los trámites que ello conlleva.

En cuanto a la inversión, suelen ser pequeñas cantidades y existe total libertad a la hora de definir las características del préstamo, tanto el capital como los intereses. El hecho de que el esfuerzo que se pide a cada inversor sea pequeño sumado a que cada proyecto suele tener detrás un buen número de apoyos hace que el riesgo sea mínimo para los inversores.

Cabe recordar que esta actividad, al ser una Plataforma de Financiación Participativa, está regulada por la Ley 5/2015 de Fomento de la Financiación Empresarial aprobada el 28 de abril de 2015.

Los riesgos del crowdlending

Entre los riesgos que conlleva este tipo de inversiones, hay que tener en cuenta a la hora de principalmente los asociados a la falta de supervisión y la actividad de las plataformas.

          Comisiones: Algunas plataformas llegan a cobrar hasta un 2% en concepto de comisión de administración. Es un gasto asociado a la inversión que cuando es elevado puede reducir sensiblemente la rentabilidad.

          Ni la CNMV ni el Banco de España supervisan las solicitudes de financiación por lo que la calificación de riesgo (scoring) que presentan las plataformas puede estar manipulada.

          Ante esta falta de supervisión, aumentan las posibilidades de que el inversor no recupere su inversión en el plazo de vencimiento acordado. Hay que destacar que en muchas ocasiones son proyectos personales que dependen de su éxito para retornar las cantidades recibidas a los inversores.

          Poco control: los trámites se hacen de forma online y/o a distancia y a menudo con poca información sobre la contrapartida (la persona que solicita la financiación) lo que hace que los casos de estafas sean más frecuentes que en otro tipo de inversiones.

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