Comienza un nuevo curso y antes de empezarlo tenemos que cerrar el anterior. Se acaba el mes de septiembre y los auditores de cuentas tenemos que hacer balance de lo que hemos estudiado, de las horas de formación que hemos realizado durante el año (periodo comprendido entre el 1 de octubre y el 30 de septiembre del año siguiente).
Cuando hablo con amigos y nos quejamos de la cantidad de vacaciones que tienen los profesores siempre acabamos diciendo “Haber estudiado”. Por ello, me acuerdo mucho de esa frase cada mes de septiembre, ya que en esta profesión de auditoría nunca dejas de estudiar.
Creo que en todas las profesiones tienes que seguir estudiando para poder seguir formándote como profesional, pero en pocas es el propio regulador el que te exige que lo demuestres, como ocurre en la auditoría de cuentas.
La Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas (LAC) en su artículo 8.7 establece que “Los auditores de cuentas inscritos en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas, deberán seguir cursos y realizar actividades de formación continuada, los cuales podrán ser impartidos, en la forma y condiciones que se establezcan reglamentariamente, por las corporaciones representativas de los auditores de cuentas, las entidades docentes autorizadas u otras entidades”
Además, el Real Decreto 2/2021 de 12 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas establece en su artículo 33 que el auditor de cuentas deberá realizar actividades de formación continuada por un tiempo equivalente, al menos, a ciento veinte horas en un periodo de tres años, con un mínimo de treinta horas anuales.
Tenemos que pensar que todas estas exigencias de formación son buenas para la profesión y hacen que todos los profesionales que nos dedicamos a la auditoría de cuentas tengamos un mejor conocimiento de la actividad que desarrollamos y podamos realizar nuestros trabajamos con una mejor calidad.
Hablar de Auditoría de Cuentas y hablar de las NIAS-ES, es hablar de “requerimientos”, y por ello un año más los auditores de cuentas hemos cumplido con los “requerimientos” que nos exige nuestra normativa en materia de formación y tenemos que continuar formándonos el año que viene para poder demostrarle al regulador que seguimos cumpliendo con sus “requerimientos”.
Mahatma Gandhi decía «vive como si fueses a morir mañana y aprende como si fueses a vivir para siempre». Como auditor me quedo con esta segunda afirmación porque siempre tendré que aprender, ya que mi forma de vivir siempre será la auditoría de cuentas.
MIGUEL ROBERTO HERRERO
Socio Auditor de EUDITA LEÓN
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