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La importancia de la auditoría

La importancia de las auditorias es reconocida desde los tiempos más remotos. Se sabe de su existencia desde la época de la civilización Sumeria y el pueblo Azteca. Con el trascurso del tiempo, las relaciones comerciales y las operaciones de negocios empezaron a crecer rápidamente, por lo que es a partir de la Revolución Industrial, cuando surge la necesidad de buscar personas capacitadas, preferentemente externas y por tanto imparciales, para que desarrollen mecanismos de supervisión, vigilancia y control de la actividad de la empresa.
En un principio la auditoría era una medida orientada a identificar el fraude. Sin embargo, con el tiempo esta visión cambió, y hoy en día es una herramienta muy utilizada para controlar el paralelismo de la empresa con la estrategia propuesta por la administración y asegurar un adecuado funcionamiento del área financiera. 
La auditoría no es solo un requisito a cumplir. Es un proceso que ayuda a que los miembros de una empresa terminen de entender su sistema de calidad e inicien acciones de mantenimiento y/o mejora si fuese necesario.
Gracias a las auditorías, se puede identificar los errores cometidos en la organización y se puede enmendar a tiempo cualquier fallo en la ejecución de la estrategia, para poder tomar medidas que permitan retomar el rumbo correcto en la empresa.
La mayoría de las empresas pequeñas no tienen la obligación de auditarse, no dándole importancia al hecho de estar auditado. Pero una auditoría puede ayudar a éstas a optimizar sus operaciones y lograr importantes ahorros de costos.
Una auditoría puede facilitar a las empresas el establecimiento de medidas para lograr un buen control financiero y de gestión. Al realizar un análisis del balance se pueden identificar con claridad aquellas situaciones que constituyen un riesgo y lo que podría ser una oportunidad financiera. Además, al realizar un análisis de la cuenta de resultados se pueden planificar estrategias para lograr mayores niveles de ahorro y rentabilidad.
Sería necesario realizar una auditoría cuando existen evidencias de gastos excesivos, incumplimiento de proyectos, quejas de los clientes, alta rotación de recursos humanos y cuando los resultados se alejan de los que la empresa espera.

Se recomienda hacer una auditoría al menos una vez al año, de esa forma se logrará un mejor control sobre los procesos de gestión en la misma, permitiendo un crecimiento ordenado que garantice su sostenibilidad a largo plazo.
Las auditorías se pueden realizar mediante el contrato del servicio con firmas externas, para que, de esta manera, exista una visión objetiva que permita identificar en la organización los principales riesgos a los que se enfrenta, como solucionarlos, y poder afinar las estrategias para lograr que se ajusten a lo que se espera.
Además de lo expuesto anteriormente existen otros motivos que nos pueden ayudar a comprender mejor el valor de las auditorias, como pueden ser el tener una fecha concreta en la que tener realizadas todas las mejoras y no ir postergándolas en el tiempo. Otro motivo importante sería la motivación, porque aunque la gente se suele asustar frente a una auditoría, no hay nada más motivador que superarla, y que alguien externo y objetivo reconozca el trabajo bien hecho, reforzando la confianza y motivación del grupo de trabajo. Por último, otro motivo destacable sería el reconocimiento, ya que si la empresa que realiza la auditoria tiene nombre en el sector, superar una auditoría es un reconocimiento para la empresa en la que se realiza, un valor añadido que mostrar a los clientes.
Las auditorías se convierten en algo muy recomendable para cualquier organización empresarial, grande o pequeña, dado que es una forma de aportar seguridad y confianza al trabajo de la misma y de nuestro personal a través de un apoyo externo. Las cuentas anuales auditadas dan una imagen de mayor confianza y seguridad.
Para finalizar, matizar que, la realización de una auditoría impone más de lo que finalmente es. No deja de ser una ayuda y un valor añadido, como ya hemos dicho, al trabajo diario de las empresas. Una tarea en manos de terceros que garantizan, eso sí, la total y absoluta confidencialidad.

Oficina Eudita de León

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