El mundo de hoy en día está en un continuo proceso de rápidos cambios que dificulta determinar qué es lo que está por venir. El sector de la auditoría tiene un importante hueco en ese futuro, pero para ejercer su papel correctamente, ha de adaptarse a las nuevas circunstancias y afrontar varios retos y desafíos, de cuyo resultado dependerá en gran medida el devenir de la profesión.
El panorama que está por venir ha sido analizado concienzudamente en el informe ‘El futuro de la auditoría. Los retos de la profesión en el siglo XXI’, de Grant Thornton. Seguir siendo relevante y útil es la hoja de ruta de un sector cuyo entorno ha cambiado y sobre el que las expectativas no paran de crecer.
En primer lugar hay que ser conscientes de las dos velocidades a las que se mueve el sector. Por una parte, la profesión debe desarrollarse en los países de menor tradición auditora, deseosos de invertir en auditoras. Mejorar la calidad del sector en estos territorios, de manera que se conviertan en un factor de crecimiento y confianza es clave. Por otra parte, la profesión debe evolucionar en aquellos países en los que tiene más raíces, aumentando su valor añadido y su utilidad para seguir siendo relevante.
Uno de los mayores retos que tiene la auditoría ahora mismo tiene que ver con su versatilidad y su adaptación a las necesidades de cada cliente. Hay que entender que cada cliente demanda informaciones diferenciadas y que es preciso dar respuestas específicas a cada una de ellas. Todo comienza por escuchar a los usuarios y proporcionarles el producto que quieren, la comunidad no puede permanecer de espaldas al usuario, debe apostar por una competencia diferenciada. Ha de responder más rápida y eficazmente a los cambios que atravesamos.
El auditor considerado individualmente es otro elemento a considerar para que el sector cumpla con las exigencias que se demandan. Se necesita un mayor número de especialistas, una mayor diversidad de los equipos auditores. La capacidad técnica de los auditores es innegable, pero han de convertirse también en expertos en información, datos y estadísticas, para poder así mejorar el valor y el atractivo de la profesión.
La fuerza centrípeta de la era digital conlleva también nuevos desafíos para el sector. El servicio a tiempo real es uno de los principales. Ofrece muchísimas oportunidades, pero también presenta riesgos en cuanto aumenta las probabilidades de tomar una decisión cortoplacista. La forma de adaptarse a las nuevas tecnología determinará en gran medida el futuro de un sector que también debe responder a las demandas de mayor transparencia.
0 comentarios