El riesgo de reconocimiento de ingresos y la elusión de controles en la auditoría de cuentas son dos temas interrelacionados que implican riesgos de error material en la información financiera de una empresa.
El riesgo de reconocimiento de ingresos se refiere a la posibilidad de que la empresa haya reconocido ingresos de manera inapropiada o prematura, lo que puede afectar significativamente a su rentabilidad y solvencia. Los ingresos deben reconocerse en el momento en que se hayan devengado y se hayan realizado, y deberán estar respaldados por documentación suficiente y adecuada.
La planificación (NIA-ES 300 “Planificación de la Auditoría de Estados Financieros”) es una actividad fundamental del proceso de auditoría de una empresa, independientemente del tamaño de la empresa y del sector al que pertenece, que ayuda al auditor a realizar su trabajo de manera eficiente y efectiva:
- comienza desde la aceptación de un encargo.
- se desarrolla durante la búsqueda de información del cliente.
- continúa con las decisiones iniciales que se toman sobre cómo enfocar el trabajo a realizar para el encargo.
- culmina con las decisiones de las tareas a realizar en la fase de ejecución.
El objetivo de la planificación es cumplir con un nivel de seguridad razonable para que puedan emitir su opinión los auditores de una manera eficiente, para ello, debe incluir la identificación de los riesgos significativos de auditoría tanto los que se deben a error (acto no intencionado) como los debido a fraude (acto intencionado por parte de la sociedad).
Entre los riesgos que pueden darse, existen dos que en la mayoría de los trabajos de auditoría debemos tener presentes en nuestra matriz de riesgos y corresponde a los siguientes:
- Riesgo de fraude en el reconocimiento de los ingresos (NIA-ES 240 “Responsabilidades del Auditor en la Auditoría de Estados Financieros con respecto al Fraude” requerimiento 26).El reconocimiento de ingresos es una de las áreas más importantes en la auditoría de cuentas. Hay que evaluar qué tipos de ingresos, de transacciones generadoras de ingresos o de afirmaciones que dan lugar a dicho riesgo.Los auditores deben revisar las transacciones de ingresos de la empresa para detectar posibles errores o fraudes. El concepto de fraude a efectos de auditoría se corresponde con un acto intencionado realizado por una o más personas de la dirección, los responsables del gobierno de la entidad, los empleados o terceros, que conlleve la utilización del engaño con el fin de conseguir una ventaja injusta o ilegal.
Por consiguiente, debemos comprobar que los ingresos y ventas, devoluciones, descuentos y servicios prestados, así como los activos y pasivos derivados de ellos existen y que se han registrado en el periodo correcto.
- Riesgo de elusión de controles por parte de la dirección, se presume que existe (y de fraude) en aplicación del apartado 31 de la NIA-ES 240.Los controles pueden ser eludidos por los mandos intermedios o la dirección debido a su capacidad de manipular los registros contables y preparar estados financieros fraudulentos, lo que implica la identificación de debilidades en los sistemas de control interno de la empresa. Para comprobarlo hay que diseñar y aplicar procedimientos de auditoría con el fin de:
– comprobar la adecuación de los asientos del libro diario registrados en el libro mayor y de otros ajustes realizados, por ejemplo, ver asientos realizados los fines de semana, en días festivos, etc…
– revisar las estimaciones contables en busca de sesgos.
– evaluar el fundamento empresarial de las transacciones significativas ajenas al curso normal de los negocios.
Debemos tener en cuenta que los riesgos de incorrección material debido a fraude, se tratarán como riesgos significativos (apartado 27 NIA-ES 240), lo que implica obtener conocimiento de los correspondientes controles de la entidad, incluidas las actividades de control que sean relevantes para dichos riesgos, ya que un caso de fraude no suele producirse de forma aislada.
Para minimizar el riesgo de reconocimiento de ingresos y elusión de controles, los auditores deberán evaluar el sistema de control interno de la empresa, la revisión de las transacciones de ingresos y la realización de pruebas sustantivas para verificar la precisión de los estados financieros, como la confirmación de cuentas por cobrar, la revisión de las facturas y los contratos de ventas y la revisión de los registros de envío.
Alicia Martín Mateos
Eudita Cáceres
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