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Una mano oculta en el AOVE

De todos es conocida la actual situación de incertidumbre económica en la que nos hallamos inmersos, la cual afecta tanto a nuestro tejido empresarial como en el ámbito familiar. Uno de los reflejos más evidentes de esta compleja situación la podemos observar en un producto de primera necesitad en nuestros hábitos de consumo culinarios como es el AOVE (aceite de oliva virgen extra).

La evolución de su precio en origen (el comercializado a granel por almazaras y cooperativas) mantiene una tendencia alcista desde la campaña de 2.020, habiendo casi duplicado su precio desde ese ejercicio hasta el final de 2.022. Muchas causas podemos encontrar para explicar esta evolución, pero lo que es verdaderamente asombroso ha sido el Rallye alcista de su “cotización” a lo largo de 2.023, que le ha llevado a alcanzar niveles nunca antes vistos.

Múltiples son los factores que han influido en esta escalada de precios, la mayoría de ellas relacionadas con la teoría de la oferta y la demanda que ya profetizó Alfred Marschall en el siglo XIX (está casi todo ya inventado):

  • Climatológicas: durante 3 años consecutivos se han producido condiciones adversas en la época de floración por las elevadas temperaturas, así como un drástico descenso en los niveles pluviométricos, que han ocasionado un importante descenso de la producción. El conocimiento anticipado por parte de los ofertantes de las expectativas de baja cosecha para el ejercicio siguiente genera el proceso de acopio de producto que no se oferta al mercado provocando el consiguiente incremento de precios.
  • Incremento de los costes de producción, fundamentalmente energéticos, cuyo reflejo en el precio final es inmediato.
  • El impacto de la guerra en Ucrania, que además de otras consecuencias ha motivado el importante descenso del aceite de girasol ofertado, lo cual ha generado un incremento de su precio hasta llegar a niveles cercanos al aceite de oliva, avivando la demanda de este último, dada su mejor calidad para la mayoría de los usos.
  • Los hábitos de consumo han hecho del AOVE un producto con una demanda poco elástica, por lo que, al menos hasta el inicio de 2.023, su demanda no se haya visto gravemente afectada por la escalada de precios.

Sin bien todos estos condicionantes parecen justificar la evolución del precio en estos últimos ejercicios, sí que cuesta más entender lo ocurrido a lo largo de 2.023, donde en la semana 37 (periodo previo al inicio de la cosecha), el precio en origen ha pasado de 3,96 €/Kgr en 2.022 a 8,52 €/Kgr en 2.023 (+ 215,15 %).

Si intentamos justificar esta evolución por los factores climatológicos, analizada la pluviometría en la provincia de Jaén (principal provincia productora) en los últimos 5 ejercicios, esta se mantiene dentro de una tendencia estable dentro de unos niveles bajos, si bien ya continuada en el tiempo duranta 3 periodos. Su incidencia sobre la capacidad de producción y en consecuencia sobre el precio final del producto es directa, si bien si atendemos a la evolución de los precios, el incremento experimentado en 2.023 no parece obedecer exclusivamente a este condicionante.

Por otro lado, el incremento continuado del precio está provocando un cambio paulatino en los hábitos de consumo, pasando de ser un producto de primera necesidad a uno que podíamos considerar casi de lujo (en algunos lineales aparecen ya envases con fichas de seguridad), por lo que la demanda está tendiendo a ser más elástica y en consecuencia provocar una disminución de precios.

Los costes de producción a lo largo de 2.023 se han mantenido por lo que su incidencia en el precio final no debiera superar la evolución del I.P.C.

La fundamentación de esta exponencial escalada de precios parece obedecer más a maniobras puramente especulativas que a los propios condicionantes del mercado. Por lo que parece que no todo estaba inventado y la mano invisible que mueve el mercado y beneficia al conjunto de la sociedad, que vaticinada Adam Smith en La Riqueza de las Naciones, parece que se ha convertido en la mano oculta que manipula el mercado para riqueza de unos pocos.

No obstante, debemos estar siempre alertas e intentar beneficiarnos de los factores diferenciadores que nos ofrece el mercado, ya que, si de los excedentes de suministro de AOVE existentes en nuestra tostada mañanera, parte del mismo casualmente se deposita en nuestra impecable camisa, debemos hacer caso omiso a tal circunstancia, y considerar que es un lujo que hay que exhibir, y si alguien se fija en la mancha debemos de advertirle “ojo que es virgen extra”.

Emilio Sánchez Bullejos
Socio EUDITA GRANADA

 

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