Los controvertidos exchanges de criptomonedas de que ofrecen servicios privados de custodia de wallets de criptoactivos a sus clientes, tienen un curioso precedente en el denominado “Banco Vaticano” como se denomina al Instituto para las Obras de Religión (IOR), pues es una entidad que permitía administrar los recursos económicos sin tener la condición de entidad financiera, además de ofrecer la posibilidad de disponer de una cuenta corriente sin exigir el registro de datos personales, es decir, con la única vinculación con su titular que un código, el cual otorga plenos poderes sobre los fondos depositados.
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Juan José Juega Cuesta
Socio Eudita A Coruña
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